martes, 19 de abril de 2011

Bittersweet Symphony, cap 9

CAP 9
NARRA HARVEY  ._.

No recuerdo bien lo que pasó, solo aparecían imágenes de mi hija gritando en mi mente, huyendo de alguien, intentado protegerse… sin buenos resultados. El domingo desperté en su habitación desconcertado. Me levanté con dificultad y un dolor inmenso se esparcía por mi cabeza. Caminé hasta la puerta y me sostuve del umbral intentando recordar algo, esta vez logré hacerlo.
-        Por favor, papá- suplicaba mi hija bañada en lágrimas desesperada- no lo hagas.
-        No me digas que hacer y que no- dije tambaleando la cabeza con cara de borracho- tu solo te callas la jeta.- A continuación la arrojé contra la pared dejándola casi inconsciente. Aproveche de quitarle sus prendas sin prestarle atención a que ésta comenzaba a volver en sí.
-        Papá, te lo pido- volvía a suplicar casi rindiéndose- soy tu hija, no puedes hacerme esto…- quiso continuar pero yo le había puesto en la boca una media.
-        ¡Te dije… que…. te CALLARAS!- grité y lo que sigue, ya no estaba en mi mente.

Lágrimas comenzaron a salir de mis ojos al darme cuenta de lo que había hecho. Había abusado de mi hija de una manera que creí nunca hacer, mi pulso se aceleró, y no por el hecho de preocuparme de cómo esté ella, sino dónde estaba y con quién. El miedo de que abriera la boca, se expandía de pies a cabeza. Lentamente ignorando el fuerte dolor de cabeza, comencé a buscarla por toda la casa.
Me tiré en el sillón del living colocando la cabeza entre mis manos, no había rastros de Avril. Comencé a pensar e imaginarme todos los sitios donde podría estar. El primer lugar a donde llamé fue… a la casa de Yaneth, eso me incomodó mucho. Maldije en todos los idiomas al escuchar “No, lo siento. Avril no está con Yaneth”. Intenté con todos sus amigos hasta que por fin…
-        Si, Avril está con Adam - decía con tono normal, lo cual me alivio, eso quería decir que no había dicho nada.- ¿Se la llamo?- dijo.
-        ¡No!, no no…- contesté sobresaltado- no le diga que llamé, solo quería asegurarme de que estuviera bien, no quiero molestarla.
-        Bien- dijo algo distraída la mamá de Adam- ¿Cómo está usted?.
-        ¿Disculpe?- dije y trague saliva, comencé a ponerme nervioso.
-        ¿Qué cómo se encuentra?, se oye algo alterado- me dijo preocupada la señora.
-        Ehh, estoy bien.-dije de nuevo intentando parecer lo mas relajado posible- escuche, tengo que irme. No le diga a Avril que llamé- agregué lo ultimo haciéndole entender que de verdad no debía decirle.

Al colgar el teléfono, tomé las llaves del auto y me dirigí directo a la casa de Adam. Conduje como loco, todavía no me arreglaba, ni me tomé la molestia de mirar el espejo. Casi llegando a su casa, divisé a mi hija con el chico caminando por la acera en dirección contraria mía. Ella al reconocer el auto se paralizó y Adam volteó a mi dirección con la misma o peor expresión que Avril. Me estacioné frente a ellos y salí como pude del auto sin zapatos ni nada.
-        Avril, sube al auto- le pedí sin mirar a Adam que se había quedado atónito en su lugar- ahora
-        No- respondió luego de unos segundos que parecieron siglos.
-        No bromeo, entra ya- le ordené más serio que nunca.
-        Avril- interrumpió Adam tomándola de un brazo y girándola hacia él. A continuación le dijo algo que no pude escuchar.
-        ¿Estás seguro?- musitó mi hija dirigiéndose a Adam.- no me dejes sola.
-        No lo haré.- dijo y la besó en la frente. Eso me perturbó un poco, ¿Qué se traían estos dos?- hasta luego señor…- me habló Adam con notoria desconfianza en su voz.
-        Eh, si- fue lo único que dije.- Avril, entra ya mismo al auto no te lo vuelvo a repetir.
Miré a mi hija por el retrovisor, las lágrimas caían hasta su polera empapándola. No dije nada hasta estar dentro de la casa, donde la mandé a sentarse en el living.
-        Escucha – comencé sentándome frente suyo con la voz temblorosa- No sé, no me acuerdo, ni tengo idea de bien lo que pasó. No necesitas recordármelo y tu tampoco. Lo que pasó, pasó y tu no volverás a pensar en eso, mucho menos contarlo a alguien. ¿De acuerdo?.
-        ¿Cómo qué de acuerdo?- me desafió levantando la vista- me… me… vio…
-        No lo digas- alcance a decirle.- no necesito escucharlo.
-        No puedo olvidarlo tan fácil, tampoco me puedo callar- decía entre un llanto.- y no me puedes obligar.
-        Si llegas a decir algo, te juro que… - la amenacé- te juro que te mataré a ti y a tu madre, y no miento.
Ella calló
-        ¡NO TE QUEDES ASI COMO UNA IDIOTA!- le grité, mi saliva alcanzó a donde estaba sentada- ¡SUBE A TU CUARTO!- en menos de lo que canta un gallo, Avril se encontraba encerrada en su habitación.

Yo me bañé y arreglé para cuando Nicole llegara, y rezaba porque Avril no le contara lo ocurrido. Lo último que quería era explicar la violación de una menor, mi hija. Toda mi reputación se iría a la mismísima mierda, el dinero, los negocios, empresas, mi vida, todo se destruiría. Justo en la noche, cuando preparaba algo para cenar, llegó mi esposa. Me preguntó por Avril y le inventé cualquier escusa de porque no salía de su habitación, que luego ella cubriría por su propio pellejo. Nicole, que era, es y será una madre muy despreocupada, ni se tomó la molestia de verla luego de días sin salir de su habitación.
Luego llegó otro sábado, otro maldito sábado… el cual pensé nunca vivir.

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Bueh ahorita, termine de escribir el cap 11 que me salio re largo ._. pero aparece Belu e.e
 y es donde se revelan algunas cosas.. pero no todas.



1 comentario:

  1. Que hijo de puta más grande el papá, es lo peor, maricon de mierda.

    Sigo leyendo :3 .

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