Bittersweet Symphony, cap 6

CAP 6

Avril entró empapada a su casa donde Harvey y Nicole la esperaban sentados en el living. Ella se heló al verlos ahí firmes dispuestos a destruirla como siempre lo hacían. Pensó en subir directo a la habitación pero eso sería aún peor, por lo que sin más remedio se sentó frente a ellos.

-        ¿Qué sucede?- preguntó fingiendo no saber, pero ella sabía porque la esperaban.

-        ¿Dónde estuviste?- preguntó su padre frío y sin la menor intención de ser amable con su hija.

-        Estaba…- hizo una pausa para inventar alguna excusa.- Ah. Estaba donde Adam, Kim y Erica.

-        Mentirosa- dijo su madre quien no había hablado desde que llegó su hija y con el mismo tono seco de su esposo.- Llamamos a casa de Adam y su madre nos dijo que estaba de viaje. “Maldita seas Adam” pensó Avril.

-        Bueno ya- Avril no le quedaba de otra que decir la verdad, sabia perfectamente las consecuencias si no la hacía- fui con Yaneth al Museo de Liverpool, Ok?

Nicole hizo un gesto de decepción, y su padre… él reaccionó de la peor forma. Lentamente se sacó la correa y tomo a Avril del brazo con mucha presión, hizo una seña a su esposa de que se marchara, ésta asintió. Luego que una vil mirada de su parte… pegó a Avril con todas sus fuerzas haciéndola gritar y llorar de dolor.

-        ¡YA TE DIJE QUE NO TE JUNTES CON ESA MOCOSA!- le gritó su padre por enésima vez- ¡QUÉ PARTE NO ENTIENDES PERRA!

-        ¡ERES UN DEMENTE!- gritó entre lágrimas la pobre chica- ME PEGAS POR IDIOTECES.- esto hizo que su padre se enfureciera más, por lo que le pegó aún más fuerte. Avril se zafó como pudo y subió corriendo a su habitación, trancando con seguro justo antes de su padre pudiera abrir la puerta.

Se tiró al suelo ahí mismo y comenzó a llorar más y más. No había ni un día el que no tuviera que aguantar los maltratos de Harvey, ni con su madre podía contar. Nunca pensó que una simple amistad le traería tantos problemas, estaba bien ya con las miradas de odio que ellos le dedicaban luego de la muerte de Megan. Se arrastró hasta su cama y se tiró sobre ella. Lo único que pudo sacarle una pequeña sonrisa fue el recuerdo de esos ojos… verdes.

A la mañana siguiente, Avril despertó aun con la ropa del día anterior incluyendo los zapatos. Se bañó y bajó a desayunar rezando que sus padres no estuvieran, lo que fue así. Cuando terminó de comer tocaron el timbre.

-        Voy, voy – gritó ella al sexto timbrazo. Corrió desde la cocina y abrió la puerta- Hola Carla, pasa.

-        ¿Cómo estás?- le preguntó esta con cara de preocupación. Avril la miró extrañada.- ¡Responde!

-        Estoy bien, ¿Por qué te alteras?- le dijo ella aún sin entender la reacción de su amiga.

-        George el vecino – comenzó ella agitada- me llamó anoche, dijo que escuchó gritos y correazos fuertes. Avril quedó inmóvil en la puerta.- ¿Avril?, ¡Avril!- Carla se encontraba meneándola de un lado a otro para que reaccionará.

-        Si- fue lo único que dijo ella- si- repitió.

-        Ok, estas en otro mundo- dijo Carla preocupada por el estado mental de su amiga- déjame que te preparo un té.

Carla guió a Avril hasta el living donde la recostó del asiento, preparó un poco de té para ella y se sentó.

-        Avril- dijo casi llorando su amiga- me preocupas. Ella quiso hablar pero calló.- Cuéntame que pasó anoche.

-        Él…- dijo casi inaudible, tenía un nudo en la garganta- me… pegó- soltó al final y comenzó a llorar.

-        ¿Cómo pudo? Esto es… pero, ¿qué lo hizo hacerlo?- Carla no creía lo que escuchaba, conocía a sus padres desde hacía años y nunca sospechó de que la maltrataban.

-        Te dieron correazos- dijo Carla afirmándolo y viendo una de las marcas que sobresalían de la manga de Avril. Ella bajo la mirada a la misma marcha y soltó más lágrimas.

-        Todo por salir con Yaneth- dijo dolida.

-        ¿Qué?- dijo sobresaltada Carla, eso si era una locura- Tu padre es un demente, mira como te dejó y sólo por eso.- Carla estaba apunto de salirle humo por las orejas de la rabia.

Se abrazaron por un largo rato. Luego Carla se despidió de Avril y le prometió que lo arreglaría todo, tal vez pondría una denuncia o lo que sea con tal de proteger a su amiga. Un rato después Avril se encontraba sola de nuevo esperando la llegada de sus padres, y temerosa de que se volviera a repetir la golpiza de ayer, a estas alturas no le asombraba que Harvey le pegara por respirar.

Aún sentada en el sofá, cerró los ojos e intento pensar en cosas buenas para así calmarse un poco. Recordó el Museo, los ruidosos pero divertidos primitos de Yaneth… y luego a Jason. Eso la hizo sobresaltarse, todavía tenían ese asunto pendiente, el cual no sabía como resolver. Tomó su celular y marcho un número.

-¿Diga?- musitó triste su amigo.

-Hola- dijo Avril algo apenada y recordando la última vez que lo vio- ¿Qué te sucede?

- Ah, eres tu- dijo suspirando- no quiero hablar contigo.

- No, espera…- dijo antes de que Jason cortara la comunicación- quiero verte.

- Lo siento, hoy saldré con Erica- dijo restándole importancia. Avril se quedó muda.- ¿Sigues ahí o ya puedo colgar?

- has lo que te de la gana- musitó ella y colgó, Jason sabía a lo que en verdad se refería con eso.

“Soy una estúpida” se castigaba Avril en su mente, “No debiste llamarlo, ya se olvidó de ti”  volvía a decirse. Las cosas para ella se complicaban cada vez más: la relación con su familia, con su amiga Yaneth (ya que no sabía si podría volver a verla), y ahora perdía a su mejor amigo, todo esto por estupideces… aunque lo de Jason si era razonable.

Avril no se quedó sentada, se cambió de ropa y salió de la casa como la vez fue con Carla al parque. Terminó cerca de una reja donde se apoyó a observar lo que quedaba al otro lado: El Museo. Esos hermosos recuerdos de 10 segundos volvieron a su mente.

-         Pero no miento- le decía el chico aun dándole la espalda a Avril. – ¡Duré años buscándolas!- esta vez le gritó pero ya era tarde, el señor se había marchado.

-        ¡Maldita sea!- gritó éste furioso. Se dio la vuelta aun refunfuñando y chocó con Avril.- perdón.

-        N-no te pr-preocupes- tartamudeó Avril como tonta. El chico se le quedó mirando algo divertido con sus ojos verdes, tal vez porque vio ruborizarse a ésta.- emm

-        Si…- él no sabía que decir, por lo que le dedicó una de sus mejores sonrisas y se marchó.

Adiós- dijo ella sin la intención de que éste la escuchara. No había hablado con él, pero para su ojos… era el chico más encantador con el que haya tenido ”contacto” . Aún parada ahí, viéndolo alejarse cayó en lo que acababa de ocurrir.

Sin pensarlo dos veces, trepó la reja. Con cuidado de que nadie la viera, bajó y corrió a la entrada del Museo. No iba por ver de nuevo las aburridas pinturas, no. Ella iba con la esperanza de volver a ver a ese chico, el que la había hipnotizado por completo. Se sentó en los escalones que conducían a la puerta del Museo a esperar si entraba o salía. Vio cualquier cantidad de chicos, pero ninguno similar al de aquella vez, ni tan alto, flaco, cabellos negros y despeinado, pero lo más importante… con la mirada más encantadora posible en el mundo. Se sonrió al recordar su sonrisa.

-        ¡Billie! – gritaba un chico de cabellos castaños – ven acá, las pinturas no están.

-        ¿CÓMO, QUÉ DICES?- el chico que respondía al nombre de Billie corrió como pudo de la entrada del Museo a la camioneta donde se encontraba su amigo gritando. Cuando pasó al lado de Avril, ésta lo miró desconcertada.

-        No están Billie, no están- decía el amigo al borde del llanto - ¿Qué hacemos ahora?

-        A la policía- dijo Billie subiéndose a la camioneta. Su amigo lo imitó y se fueron antes de que Avril pudiera reaccionar.

-        Adiós- repitió ella como la ultima vez que lo vio.

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No me gustó la foto, No me gustó la foto (8) n.n

Salió un poco largo ._. creo.

NN

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